Energúmeno al volante

Venga PTH, sincronicemos temas!

Y comienzo con esto porque él y yo vamos a hablar de lo mismo, de algo que nos sucedió ayer y nos dejo con la boca abierta.

Estábamos camino de hacer unas “gestiones”, cuando a la altura de Max Center, mientras manteníamos una conversación de lo más entretenida, una furgoneta azul se nos sitúa a nuestra izquierda y, sin motivo (os lo aseguro!), comienza a gritarnos, a arrimarse pegando volantazos, a insultarnos… (todos sabemos de que estoy hablando… un autentico energúmeno!)
Fino y yo nos miramos, absolutamente anonadados, preguntándonos: ¡¡¿Qué hace este tío?!! De aquí en adelante, y pá chulos nosotros, le dimos un poco de su propia medicina. (Que se joda un poco!) Ración de insultos de todo tipo, desde el socorrido “Hijo de p…” hasta el descalificativo más bochornoso “ridículo! Que eres un ridículo!”. Además, PTH, aprovechando que tiene un leve constipado, le lanzo una flema “Tomahawk” que impacto contra su vehiculo. Este a su vez, y en un intento inútil por superarnos, nos lanzo un rollo de papel o algo por el estilo, que no solo no nos dio sino que ni tan siquiera fue capaz de sacarlo por la ventanilla, rebotando contra el marco y quedándose en su furgoneta. Menudo anormal! Nosotros caímos en sus provocaciones y quizás no deberíamos haberlo hecho… pero menudo imbécil!

Siempre he tenido la misma visión de esta “gente”. Quizás hayáis visto un dibujo clásico de Disney en el que Goofy coge el coche para ir al trabajo. Él sale de su casa feliz, contento, canturreando… y al entrar en su coche se transforma en un monstruo, capaz de chillar a un niño, de aporrear el claxon, de insultar al resto de conductores, un personaje avinagrado por completo… y al bajar de su coche y llegar al trabajo, vuelve a ser la persona risueña y pizpireta que era al salir de casa.
Pues bien, aunque esto es un dibujo animado… se asemeja a la realidad tanto… que da miedo. La gente se mete en sus coches y toda la mierda que tienen encima, todos los problemas que les preocupan, todos los malos rollos que tienen con otras personas… los sacan al volante! Dentro de su habitáculo, de su pequeño mundo con cierre centralizado se crecen, se vuelven animales! Que valientes…
Intransigentes, cobardes, mal educados… ¿pero que esto? ¿Dónde aprenden eso? Porque en la autoescuela no es! Creen que son los mejores conductores del mundo y que el resto son patanes con permiso de conducir de 4 palillos en el tiro…

Y menos mal que éramos dos tíos… porque si con nosotros se creció… con una mujer hubiese sido el doble! A todo lo que he dicho sumarle en la transformación al machista por excelencia, al de “mujer tenias que ser…”.

Bueno, no voy a seguir comentando que me encolerizo yo solo…

Menudo mamón el tío ese…