Depresión Post-Vacacional

Una vez, hablando con alguien, deseamos “detener el tiempo”, alargar los minutos de algo muy especial. Eso empezó a convertirse en un deseo habitual, había tantos momentos bonitos… había veces que daba la sensación de que lo conseguíamos, y de que el mundo giraba más despacio. Al pensar en ello me entristezco, pues eso termino. No los momentos bonitos, ni el deseo de “parar el tiempo” cuando los estoy viviendo, pero si se acabo la relación con aquella persona con la que desee que mi tiempo se parara a su lado. Debería alegrarme por lo vivido, pero eso lo dice la cabeza que en estos temas… no manda nada.

El caso es que en este año estoy viviendo muchos de esos momentos, y muy al contrario de lo que deseo… el tiempo vuela! Parece que fue hace una eternidad cuando estuve en Extremadura y en Barcelona, ó cuando viajábamos por Europa de mochileros, cuando con 5 amigos íbamos cruzando países (Italia-Grecia-Turquía) riéndonos a todas horas. Parece que las fiestas de Bilbao fueron hace meses, y que el único recuerdo fresco que aun tengo es el viaje relámpago a Paris… ¿y cuanto me va a durar este? El verano se acaba y la rutina “otoñera” se esta apoderando de mi animo. Solo falta que llueva…

Mi mirada se fija en el siguiente viajecito, la meta para poder aguantar esta depresión post-vacacional en la que hoy me encuentro. Seguro que Ámsterdam sabrá que como animarme… (jejeje). Tengo tantas ganas de ir!!! Tantas veces se me ha truncado este viaje… espero que este sea el definitivo.

Como también espero que siga el año por el camino que va, que es realmente bueno, y seguir disfrutando, aunque sea fugazmente, de todos los buenos momentos que estoy viviendo, de la gente que tengo a mi lado, de cosas que tenía olvidadas y de otras que aun no conozco… No quiero que se acabe este año! Quiero parar el tiempo… pero aun no he aprendido como…